La comunicación interna es fundamental para el correcto funcionamiento de una empresa, institución o entidad. Y hoy en día es más necesario que nunca implicar al personal y darle incentivos (no necesariamente económicos) para que puedan sentir la compañía como suya.
La plantilla de la empresa, convertida en un equipo, contribuye al cumplimiento de los objetivos marcados, ya sean captar nuevos clientes o incrementar los beneficios, por ejemplo. Si un empleado se siente contento con su organización afrontará mejor el día a día y rendirá más y lo transmitirá a los clientes, quienes a su vez simpatizarán con la empresa.
Un ejemplo tonto, una persona contenta con su compañía destinada en Atención al Cliente, ante una queja o reclamación, intentará en todo momento conseguir el bienestar del consumidor, sin dejar de defender la empresa y dejando una imagen positiva. En cambio, un empleado desanimado puede llegar a calmar los ánimos de un cliente molesto poniéndose de su lado y aceptando que la empresa es así de “mala”.
Las ventajas principales de la comunicación interna son:
— Facilita el conocimiento de la actividad, de la información y de la cultura empresarial (filosofía, misión, objetivos…) a todos los miembros que forman parte.
— Genera sentimiento de pertinencia y crea vínculos comunes entre compañeros y con la propia compañía.
— Consigue la cohesión del equipo y que cada trabajador se sienta valorado y reconocido.
— Obtiene beneficios y mejora los resultados de la empresa.
— Convierte a los empleados en los primeros embajadores de la marca, defendiendo su imagen positiva.
— Mejora la calidad de vida de los trabajadores porque se sienten satisfechos con algo que les ocupa gran parte de su tiempo: el trabajo.
Derechos de imagen: Mangostock
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